Los señores Pitrocs tienen el huerto con las frutas, verduras y hortalizas más sabrosas de toda la comarca. Cuando llevan sus productos al mercado todo el mundo quiere comprarlos. Pero desde hace tiempo tienen un pequeño problema de difícil solución: los pájaros les estropean parte de su producción. El señor Pitrocs decide construir un espantapájaros, y acabar así con las visitas de aves hambrientas. Sin embargo, el nuevo vigilante tiene una peculiar inquietud para un espantapájaros, la curiosidad de conocer mundo. Será paradójicamente un pájaro, quien le dará la oportunidad de vivir experiencias absolutamente distintas y la capacidad para poder viajar.