Una de las cosas que no sabíamos de “LA VERDADERA HISTORIA DE LOS 3 CERDITOS” es que lo más pequeño era una cerdita, que quería viajar en moto y ser arquitecto. Os proponemos un espectáculo de los de siempre dirigido a los niños y niñas, pero con pequeñas variaciones que necesitará descubrir y que, además, le permitirán aprender las primeras palabras en una lengua nueva, cantar canciones y quizás incluso bailarlas .
Por cierto, ¿cómo se llama en ángulos? Soplaré, soplaré y la casa te volaré!
